Hace justo un año, durante una semana vacacional, subí a Madrid para trabajar con papelotes y legajos, como viene siendo habitual desde hace tiempo. Hacía ya casi un mes que abría la(s) página(s) de Público un poco preocupado. Solo cuando veía la columna de Javier Ortiz respiraba aliviado. Justamente hasta un 28 de abril, día que falleció.
Hoy he consultado Público on-line con la esperanza de leer homenajes y tributos. Nada de eso me he encontrado: ni su sustituto Isaac, ni su primer director Nacho, ni los jefes de opinión han dedicado una sola línea a su figura. Mal hecho. Si Javier no está, solo el recuerdo de su ejemplo puede mantenerlo vivo. Precisamente de eso trata la memoria, indispensable para oponerse al poder, principal aliado del olvido.
Junto a otras con más valor, como las que le dedica Javier Vizcaíno, valgan estas líneas lanzadas con humildad al océano virtual para seguir manteniendo en pie su valioso gesto, el de la crítica insobornable, la independencia y la humanidad.
PS. Como rectificar es saludable y necesario, ahí van dos precisiones. La primera, apuntada por la amiga Mar, y que pone al descubierto un lamentable olvido en un post precisamente dirigido a mantener vivo el recuerdo, se refiere a la impagable labor que la hija de Javier, Anne --precioso nombre--, hace al frente de su web, consiguiendo justamente que siga entre nosotros con sus certeras, y siempre actuales, críticas. Y la segunda precisión supone borrar de la lista anterior a Nacho Escolar, auténtica esperanza del periodismo comprometido y cada vez más representante de todo un colectivo castigado e invisible, quien hoy dedicaba a Javier su columna en la contraportada de Público.
1 comentario:
Tambien Hugo habla de esto.
http://blogs.tercerainformacion.es/iiirepublica/
De todas formas este año le ha hecho mas grande: los apuntes que siguen publicando en http://www.javierortiz.net/
parecen tan actuales y acertados como si los escribiese cada dia
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