martes, 1 de julio de 2008

Impresiones

Saque el lector sus propias conclusiones, que más adelante trataré yo de facilitar motivadamente las mías:

Zapatero agradece a la selección la unidad en torno a la bandera de España
Decreto de 29 de agosto de 1936 restableciendo la bandera bicolor roja y gualda: «Sólo bastardos cuando no criminales propósitos de destruir el sentimiento patriótico en su raíz, pueden convertir en materia de partidismo político lo que por ser símbolo egregio de la Nación, está por encima de parcialidades y accidentes».
Decreto de 27 de febrero de 1937. «Abolido el himno, en desafortunada hora adoptado, y que a su significación histórica unía el recuerdo de cinco años de traiciones a la Patria, las músicas Nacionales volvieron por lo que era español y tradicional, recogiendo el entusiasmo de lo que por ser Himno de España no debió jamás adscribirse a formas de Gobierno a que no estaba unido».
Hubo miedo, y hubo corrimiento de voto en las elecciones del 9 de marzo. En cifras elocuentes. Un 20,6% de los votantes del PSOE en los comicios confiesa que confió en José Luis Rodríguez Zapatero para evitar que ganase Mariano Rajoy. Si extrapolamos los resultados, teniendo en cuenta que los socialistas recabaron 11.288.698 apoyos –como ya consta en el BOE–, resulta que en toda España hasta 2,3 millones de personas pudieron elegir al PSOE guiadas por el miedo a una nueva legislatura del PP. De no haberse percibido el “peligro” de que triunfase Rajoy, cuestionó el Publiscopio, ¿a qué partido habría votado? El 39,7% responde que habría apostado por Zapatero asimismo, pero el 60% restante habla del voto útil, lo que equivale a casi 1,4 millones de votantes. El mayor perjudicado fue IU. Un 24% de quienes votaron al PSOE para frenar al PP habría apostado por la federación de Gaspar Llamazares. Extrapolando el porcentaje, representaría a unos 558.000 electores.
El PCE ha comenzado a amenazar con la expulsión a algunos de sus miembros críticos más destacados, por pertenecer a corrientes no inscritas en los cuadros oficiales de sus líderes sexagenarios, secundados por militantes cuarentones de las Juventudes.
El PP da un giro al centro en una operación extraordinaria de marketing político, enterrando simbólicamente a Aznar y a Aguirre, y con ellos a Losantos y Pedro J.

¿Quién ganará las próximas para que todo siga igual?

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