domingo, 9 de noviembre de 2008

¿Qué han hecho con Radio 3?

Creo que fue en el año 1996 cuando descubrí -o, más bien, me descubrieron- Radio 3. Fue un compañero de piso ejemplar, con quien conviví más de la mitad de mi carrera, quien me aficionó a frecuentar una estación radiofónica donde encontré variedad, cosmopolitismo, ética e independencia. Hasta aquel momento, poco dado a escuchar música, mi relación con la radio se basaba en la irritante audición de tertulias, de las que aún recuerdo algunas perlas como aquella de Onda Cero en que Rafael Vera anunció que en "pocos días sabremos a qué dedica el director de El Mundo su tiempo libre". Podréis imaginar que en menos de una semana ya estaba en circulación el famoso video que, en lugar de a la pretendida víctima, hundió en el desprestigio a sus cutres autores.

Pero regresemos a lo que interesa. Recuerdo que los dos o tres programas que comenzaron a entusiasmarme fueron, por encima de los restantes, Siglo XXI de Tomás Fernando Flores, y después, Diario Pop de Jesús Ordovás y Los elefantes sueñan con la música. De 10 a 12 de la mañana -horario de Siglo XXI-, mientras ejercía de becario de información al estudiante, escuchaba junto a mis colegas todo "lo último de lo próximo" de la música más vanguardista y atrevida. Conocí así, por ejemplo, a Pizzicato Five, que los escuché después en un concierto muy divertido en Benicassim, y presencié la ascensión, impulsada por el programa, de Kultura Pro-base, grupo andaluz cuyo bajista era la pareja de mi compañera en la Oficina de Información.

Mi vínculo con Radio 3 fue estrechándose, sobre todo en los dos años y pico en que renuncié a vivir con el soniquete de la televisión. En Área Reservada (de 14 a 15) conocí el new jazz y a compositores de la talla de Bill Evans. Cuando madrugaba, en lugar de exasperarme con los tertulianos de la Ser o de Onda Cero, disfrutaba de Música es Tres (de 8 a 10), programa dinámico, variado y de música pop internacional selecta, que me dio a conocer, por ejemplo, a los Coldplay. La tarde era ya más aburrida y -pienso ahora- presagiaba lo que estaba por venir: la sintonía de La ciudad invisible, incomparable a la que abría el Diario Pop una hora antes (solía ser Un buen día de Los Planetas), ya me avisaba de la tromba de entrevistas insustanciales que me aguardaba y, cómo no, me invitaba a apagar el transmisor. La llegada de la noche, después de cenar, era del todo diferente: los días en que Cifu venía de Radio Clásica con su Jazz porque sí o los que aguantaba hasta la una para escuchar Los elefantes se creaba en mi apartamento, con el piano de Thelonius Monk o con la voz de Chico Buarque, una dulce y envolvente atmósfera que me permitía deleitarme con una lectura, una charla o una buena copa. Y los fines de semana, la sobremesa con Músicas posibles -hoy desplazado a los domingos de 23 a 24h- era todo un bálsamo para el ánimo, con voces como la de Till Brönner.

Nada de esto, al parecer, sigue siendo así. Decididamente, voy a comenzar a considerarme un conservador, porque no comprendo las razones que llevan a modificar de arriba a abajo algo que funciona de maravilla. Desde el reciente cambio de programas y horarios llevado a cabo por la nueva directora de Radio 3, no hay vez que encienda el aparato y no escuche una entrevista o un gag preparado por los locutores. Hay que esperar y esperar para que te pongan un tema musical entero. La función que antes realizaba para mí esta radio pública, a saber: hacerme disfrutar e ilustrarme en uno de los terrenos que más desconozco, y que acaso sea el más brutalmente colonizado por la industria cultural, esa función, digo, ha dejado casi por completo de cumplirla (Siglo XXI sigue funcionando de 13 a 14h). La cuestión es si estos cambios a peor forman parte de un plan premeditado que llene de descrédito a Radio 3 para preparar así su futura privatización o su simple y llana supresión.

Sería solo un ejemplo más de cómo un espacio social políticamente muy determinado no cesa de ser trabado y neutralizado desde el poder.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también fue seguidor de Radio 3 en su día. Pero lo que me alejó de ella no fue el cambio en la programación, sino el descubrimiento de internet, las redes P2P, las redes sociales como lastfm, los chats de música, las wikis tipo rateyourmusic.com, etc.

Tu artículo sobre la deriva de Radio 3 me entristece, pero no me sorprende. No espero nada de los medios de comunicación. Como bien dices, el campo musical es quizá el más perversamente colonizado por la industria cultural y las fábricas del entretenimiento (con permiso del cine, por supuesto).

Para mí internet ha sido revolucionario en ese sentido. De pronto empecé a descubrir infinidad de grupos y estilos gracias al boca-a-boca y a la inmensa curiosidad de un grupo de "bichos raros" que sentían curiosidad por cualquier experimento, desde la música improvisatoria de Bali hasta el industrial berlinés, pasando por el siniestrismo del neofolk de la Finlandia profunda. La música era a veces lo de menos. Lo importante era la permanente búsqueda de otras cosas, de marcianadas sin pies ni cabeza que te situaban en las antípodas de las fábricas de pensamiento y gusto estético.

No sabía que eras un Fibber. Yo estuve una vez por allí. Con gente de internet, por supuesto.

Sebas Martín dijo...

Hola Crates. Tío, no recibo tu mail sobre Eagleton. ¿Dónde me lo envías, a la uni o a gmail? Y tendrás que ilustrarme también sobre esos oasis musicales que frecuentas, que eres un máquina macho.

Sí, fue una vez a Benicassim, y también al más interesante Doktor Musik (donde flipé con Lou Reed). Lo de Benicassim fue por curiosidad, porque era un fastidio de veras. Tan sólo dos o tres conciertos merecieron la pena entre tanta masificación de diseño. No he vuelto ni iría de nuevo, desde luego.

Una recomendación madrileña compi. Restaurante La Sanabresa, un zamorano situado en una transversal de Atocha donde se come muy bien, barato y con un ambiente popular y cosmopolita estupendo.

Un abrazo

Duarte dijo...

Hay información suficiente en la red sobre las víctimas de la nueva directora de Radio 3. Pero hay que decir que no es la primera vez. Radio 3 sufre una degeneración paulatina desde que el partido -s.o.- español le endilgara el sambenito de ser una radio "de putas y maricones". Radio 3 había sido portavoz de la resistencia contra la OTAN y eso no gustó. Su papel era asimilable al de RAI 3 en Italia. Parece mentira que RAI 3 sostenga los embates de D'Alema y Berlusconi mejor que los que Radio 3 sostiene de los sucesivos gobiernos liberales de izquierda y derecha.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

¡Qué días aquellos en los que tenía tiempo para escuchar la radio! Pero mi programa favorito era uno que no has mencionado: Diálogos 3, con Ramón Trecet, de 3 a 4 de la tarde. Justo antes de entrar en clase. Música étnica, folk, celta

Sigue en la programación de Radio 3, con el mismo horario, pero ha evolucionado hacia músicas del mundo que en vez de tranquilizarme me dan dolor de cabeza, o quizás ya no tengo la mente tan abierta para aceptar, digamos, nuevos gustos musicales

Por cierto ¿Kiss FM es conservadora? Sin duda es música comercial, pero de la que se vendía a granel hace unas décadas. Ahora sólo escucho la radio en el coche y es la que menos me distraer de la conducción.

Bueno, compañero, ¡realmente no sé de dónde sacas el tiempo! Sigue así

Bobby dijo...

Enhorabuena por el blog Dick. También yo soy fan de Radio3. Sin esa radio, Los Planetas, Lapido, Lagartija Nick, Niños Mutantes o Lori Meyers no serían nada... todos de Graná.

Sebas Martín dijo...

Muchas gracias por tu información. Imaginaba que algo tendría que haber circulado por la red: es tan evidente el empeoramiento premeditado de Radio 3, que me extrañaba que no hubiese quejas. Y sí, completamente de acuerdo, al SOE le apacigua una sociedad domesticada, y esos reductos de indocilidad, rebeldía creativa y frescura no le hacen mucha gracia. Es curioso: tienen que llegar esta gente para cargarse algo que funcionaba perfectamente con los peperos, en fin...

Querido Bonorum, más quisiera tener yo la versatilidad y la capacidad de trabajo fino y riguroso que tú muestras cada día. Y, sobre todo, aunque envidio tus licenciaturas varias, tus ocupaciones variopintas, más quisiera yo que mi trabajo tuviese un mínimo de las dosis de compromiso ético y social que tiene el tuyo. Tienes toda mi admiración.

Ha sido estupendo descubrirte, querido Bobby. Ahora te pondré entre los enlaces. Has conquistado un lector asiduo y, espero, un colega con quien compartir ideas. Tienes en mí, además, un amante de tu ciudad, donde mi hermana pasó casi una década. A ver si un día me enseñas tu Granada.

Un abrazo a todos, que con vuestras aportaciones dignificáis este portal sin pretensiones

Anónimo dijo...

hola, pues a mi radio 3 me encanta
no se a que horas debes encender la radio pq yo siemre encuentro lo que me gusta y espero x dios q no la supriman . Sobretodo Disco Grande y El sotano , como puedes decir que no te gusta si hay programas q hace 38 años que aun se emiten !Quizas opino diferente pq soy mas joven y x lo tanto hace poco q escucho radio 3 pero a mi me entusiasma